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Rebecca (name changed), 10, sits on her bed in the dorm of the safe house of UNICEF partner NGO Amazonian Initiative Movement in the town of Masethleh, Port Loko District, Sierra Leone. She ran away from her home where her familiy was planning on training her as a female genital mutilation practioner. Photo: UNICEF/UNI150843/Asselin.
Rebecca (name changed), 10, sits on her bed in the dorm of the safe house of UNICEF partner NGO Amazonian Initiative Movement in the town of Masethleh, Port Loko District, Sierra Leone. She ran away from her home where her familiy was planning on training her as a female genital mutilation practioner. Photo: UNICEF/UNI150843/Asselin.

Preguntas frecuentes sobre la mutilación genital femenina

Sus causas y consecuencias, y cómo erradicarla.

Traumática. Dolorosa. Irreversible. La mutilación genital femenina (MGF) es una violación a los derechos humanos que provoca sufrimiento permanente a millones de mujeres y niñas. Esta práctica nociva persiste por normas y mitos culturales. No conlleva beneficios para la salud, y en cambio deja traumas físicos y psicológicos permanentes a las supervivientes.

Se estima que hoy viven 230 millones de niñas y mujeres que han sido sometidas a la mutilación genital femenina; un número que ha incrementado en un 15 por ciento es decir, 30 millones más de casos en los últimos ocho años. 

Resulta alarmante que más de 2 millones de niñas por año experimentan mutilación genital femenina, a menudo antes de cumplir los cinco años y a veces a los pocos días de nacer.  

Este aumento en el número de mujeres y niñas sometidas a la mutilación genital femenina se debe al rápido crecimiento poblacional en las regiones donde esta práctica está más extendida, como el África subsahariana y los Estados árabes. Para 2050, se prevé que la cantidad de niñas nacidas en estas regiones crecerá en un 62 por ciento por año.

¿Qué es la mutilación genital femenina?

“Mutilación genital femenina” hace referencia a todos los procedimientos que implican la resección parcial o total de los genitales externos femeninos, así como otras lesiones causadas a los órganos genitales femeninos por motivos no médicos.

También se la denomina “circuncisión femenina” o “ablación”.

Normalmente, la mutilación genital femenina se lleva a cabo entre la infancia y los 15 años; sin embargo, jóvenes y mujeres mayores también pueden ser sujeto de esta práctica.

En la mayoría de los casos, la práctica la llevan a cabo parteras o personas mayores de la comunidad en menores, lo que constituye una violación a los derechos de las niñas. La mutilación genital femenina infringe también los derechos humanos fundamentales de las mujeres y niñas, incluidos el derecho a la salud, la seguridad, la dignidad, la autonomía sobre el propio cuerpo y en los casos en que el procedimiento causa la muerteel derecho a la vida.

La Organización Mundial de la Salud clasifica la mutilación genital femenina en cuatro tipos:  

  • Tipo 1 Resección parcial o total del clítoris o del tejido circundante.  
  • Tipo 2 Resección parcial o total del clítoris y los labios menores, con o sin escisión de los labios mayores.  
  • Tipo 3 (Infibulación). Estrechamiento de la abertura vaginal, que se sella cortando y recolocando los labios menores o mayores.  
  • Tipo 4. Cualquier otro procedimiento lesivo de los genitales femeninos con fines no médicos, como la punción, la perforación, la incisión, el raspado o la cauterización de la zona genital. 

Esta categorización de la mutilación genital femenina refleja los distintos tipos de procedimientos llevados a cabo y sus efectos en las mujeres y niñas. Gracias a esta clasificación, es posible comprender las variaciones de la práctica en relación con su gravedad y consecuencias para la salud desde los ámbitos de la investigación, la salud y las políticas públicas. Todas las formas de la mutilación genital femenina, Independientemente de si implican pequeños cortes o gran extirpación de tejido, infligen dolores insoportables, daño físico y psicológico, y graves riesgos para la salud de mujeres y niñas. 

¿Cuáles son las consecuencias de la mutilación genital femenina?

La mutilación genital femenina no conlleva beneficios para la salud de mujeres y niñas, y en cambio causa consecuencias inmediatas y a largo plazo para la salud.

Entre los problemas inmediatos de salud sexual y reproductiva, se incluyen hemorragias graves, infecciones, problemas urinarios y dolor incapacitante.

En el futuro, las niñas sometidas a mutilación genital femenina enfrentan riesgos para la salud a largo plazo, como dolor crónico, quistes, cicatrices poco habituales, problemas menstruales, problemas sexuales, como experimentar dolor durante las relaciones sexuales y menos satisfacción, infertilidad, complicaciones durante el parto, hemorragias durante el parto, muerte prenatal y un mayor riesgo de muerte neonatal. En algunos casos, estas complicaciones pueden ser mortales para las mujeres.

Entre los efectos psicológicos de la mutilación genital femenina en las niñas, se incluyen la pérdida de confianza en quienes las cuidan, depresión, ansiedad, trastorno causado por estrés postraumático y baja autoestima. Como si fuera poco, las consecuencias físicas y psicológicas de la MGF pueden obstaculizar también el aprendizaje, el trabajo y la socialización de las mujeres y niñas.

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Boko Mohammed, que solía encargarse de la MGF, sostiene la herramienta que usaba para ejecutar esta práctica durante una reunión comunitaria en la aldea de Kabele (distrito de Amibara, región de Afar). Foto: UNICEF/Kate Holt
Boko Mohammed, que solía encargarse de la MGF, sostiene la herramienta que usaba para ejecutar esta práctica durante una reunión comunitaria en la aldea de Kabele (distrito de Amibara, región de Afar). Foto: UNICEF/Kate Holt

 ¿Dónde se practica la mutilación genital femenina?

La mutilación genital femenina es un problema mundial y, según se ha informado, se lleva a cabo en 92 países en todo el mundo, incluidas comunidades de la diáspora. De esos países, 51 —es decir, poco más de la mitad— cuentan con leyes que prohíben la mutilación genital femenina.

  • África: La mutilación genital femenina está presente en 33 países: Benin, Burkina Faso, Camerún, Chad, Cote d'Ivoire, Djibouti, Egipto, Eritrea, Etiopía, Gambia, Ghana, Guinea, Guinea-Bissau, Kenya, Liberia, Malawi, Malí, Mauritania, Níger, Nigeria, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Senegal, Sierra Leona, Somalia, Sudáfrica, Sudán del Sur, Sudán, Tanzania, Togo, Uganda, Zambia y Zimbabwe.  
  • Oriente Medio: La práctica está presente en los Emiratos Árabes Unidos, el Estado de Palestina, Irán, Iraq, Jordania, Omán y Yemen.  
  • Asia: Se ha documentado la mutilación genital femenina en la India, Indonesia, Malasia, Sri-Lanka, Bangladesh, Tailandia, Brunei, Singapur, Camboya, Vietnam, Laos, Filipinas, Afganistán, Pakistán y las Maldivas.  
  • Europa: Se ha denunciado la mutilación genital femenina en Georgia, la Federación Rusa y el Reino Unido, a menudo entre comunidades migrantes.  
  • América y Oceanía: Se han identificado casos en los Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelandia, así como en algunos países de Sudamérica, como Colombia, Ecuador, Panamá y Perú.

¿Cuáles son las poblaciones con mayor riesgo de sufrir mutilación genital femenina?

Según estimaciones del UNFPA, más de 4 millones de niñas corrieron el riesgo de sufrir mutilación genital femenina en 2023.

Si bien las iniciativas de prevención de la práctica han obtenido resultados positivos la proporción de niñas sometidas a mutilación genital femenina disminuyó, de poco más de 46 por ciento en 1993 a poco más de 31 por ciento en 2023—, el crecimiento poblacional en las regiones donde ésta prevalece supone desafíos considerables.

Las niñas que viven en la pobreza y en áreas rurales y remotas tienen más posibilidades de ser sometidas a la mutilación genital femenina. La práctica está más extendida en África, donde la han sufrido 144 millones de mujeres y niñas.

Es alentador el hecho de que algunos países, como Camerún, Ghana y Uganda, hayan logrado el objetivo de eliminar la mutilación genital femenina antes de 2030. Benin, las Maldivas, Níger y Togo también están en camino de no registrar casos para finales de la década.

Sin embargo, los avances para eliminar la mutilación genital femenina deben ocurrir 27 veces más rápido para cumplir con la meta mundial de su eliminación para 2030. Si las tasas de mutilación genital femenina continúan al ritmo actual, 68 millones de niñas habrán sido sometidas a la práctica entre 2015 y 2030 en los 25 países donde es habitual.

¿Por qué se practica la mutilación genital femenina?

Los motivos detrás de la mutilación genital femenina varían entre regiones y comunidades y, a menudo, se basan en creencias culturales, sociales o religiosas.   

En algunas comunidades, la mutilación genital femenina marca la transición de las niñas hacia la vida adulta. En otras, se usa la práctica para controlar la sexualidad de las niñas o para garantizar la “pureza” y fidelidad de cara al matrimonio.

La presión social para “encajar” y el temor a la exclusión también desempeñan un papel considerable en el hecho de que la práctica siga vigente. En las regiones donde la mutilación genital femenina es común, muchas familias la consideran fundamental para asegurar el futuro de las niñas, pues creen que aumenta sus posibilidades de contraer matrimonio y de acceder a una herencia.

En algunos casos, se malinterpretan los textos religiosos para justificar la mutilación genital femenina, pese a que ninguna de las religiones principales, como el islam o el cristianismo, la respalda. En 2024, en el marco del Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, la Comisión Permanente Independiente de Derechos Humanos de la Organización de Cooperación Islámica afirmó que los principios y valores del islam condenaban estas prácticas. La Comisión instó a los países a adoptar sólidas medidas jurídicas para eliminar todas las prácticas nocivas, incluida la mutilación genital femenina.

¿Qué es la medicalización de la mutilación genital femenina?

La medicalización de la mutilación genital femenina hace referencia a la ejecución de la práctica por parte de personal sanitario en lugar de parteras o personas mayores de la comunidad. Ha sido personal sanitario el que ha llevado a cabo la mutilación genital femenina de dos terceras partes de las niñas sometidas a esta práctica en tiempos recientes.

Algunas personas creen erróneamente que los riesgos asociados a la práctica disminuyen si la ejecutan profesionales de la medicina. Sin embargo, la mutilación genital femenina medicalizada sigue siendo una violación a los derechos humanos sin beneficios para la salud. La medicalización refuerza la práctica, ya que le otorga un falso sentido de legitimidad y no elimina el daño físico ni psicológico que causa.

Erradicar la mutilación genital femenina es esencial para lograr la igualdad de género, eliminar todas las formas de violencia de género y empoderar a las niñas y mujeres en todo el mundo.

¿Qué se está haciendo para frenar la mutilación genital femenina?

Entre las iniciativas para eliminar la mutilación genital femenina se incluyen una combinación de acciones legislativas, participación comunitaria y enfoques innovadores: 

  • Penalización de la mutilación genital femenina: la promulgación y el cumplimiento de leyes para prohibir la mutilación genital femenina constituye un paso fundamental. Sin embargo, la legislación debe estar acompañada por una sólida voluntad política y por mecanismos de aplicación adecuados según el contexto local.  
  • Intervención médica: lLa mutilación genital femenina se está medicalizando cada vez más, pese a los esfuerzos por prevenir esta situación. Los países con mayor tasa de medicalización coinciden con aquellos con mayor tasa de prevalencia, como Egipto, Indonesia y Sudán. El personal sanitario desempeña un papel crucial para prevenir la medicalización de la mutilación genital femenina y educar a las comunidades sobre sus efectos nocivos.  
  • Cooperación internacional: a fin de eliminar la mutilación genital femenina, es esencial fortalecer los marcos jurídicos para atender las prácticas transfronterizas y trasnacionales, y unificar las iniciativas entre los países. Las Naciones Unidas han desempeñado un papel central en las iniciativas mundiales para eliminar la mutilación genital femenina mediante resoluciones que han exigido constantemente la erradicación de todas las prácticas dañinas contra las mujeres y niñas, incluida la mutilación genital femenina. En 2024, el Parlamento Europeo adoptó una nueva directiva que exigía la penalización de la mutilación genital femenina en todos los países de la Unión Europea, así como la ejecución de tareas de concientización y la prestación de apoyo a las supervivientes.

¿Qué está haciendo ONU Mujeres para eliminar la mutilación genital femenina?

ONU Mujeres trabaja en múltiples frentes para eliminar la mutilación genital femenina, desde tareas de incidencia y cambios legislativos hasta acciones de base. ONU Mujeres es también la entidad encargada de redactar el Informe del Secretario General sobre la Mutilación Genital Femenina, que reúne los últimos datos, desafíos y avances de la acción internacional para erradicar la práctica.

Una iniciativa fundamental es el programa ACTUEMOS (Defensa de intereses, Creación de coaliciones y Acción feminista transformadora, por sus siglas en inglés) para poner fin a la violencia contra las mujeres. Consiste en una colaboración de 22 millones de euros con la Unión Europea y se centra en ejecutar tareas de incidencia, crear coaliciones y combatir las prácticas nocivas, en especial en África.   

ONU Mujeres participa en un grupo de trabajo junto con la Oficina de Coordinación del Desarrollo de Naciones Unidas, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el Fondo Fiduciario de la ONU para Eliminar la Violencia contra la Mujer, UNICEF, ACNUDH y la OMS para coordinar las iniciativas de eliminación de la mutilación genital femenina en todo el mundo.  

ONU Mujeres apoya también los cambios reales en la práctica:

Jaha's journey: From FGM to UN Women Goodwill Ambassador

La lucha para poner fin a una tradición mortal

En Malí, donde el 89 por ciento de las mujeres han sido sometidas a la mutilación genital femenina, defensores como Siaka Traoré están luchando para eliminar esta tradición mortal. Sin leyes nacionales que prohíban la práctica, Malí se ha convertido en un refugio para la mutilación genital femenina, ya que atrae a familias de países vecinos e incluso de Europa. Las supervivientes están alzando la voz sobre las consecuencias devastadoras, al tiempo que activistas impulsan cambios jurídicos y culturales.

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