Mensaje conjunto de la Sra. Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, y la Sra. Phumzile Mlambo-Ngcuka, Directora Ejecutiva de ONU-Mujeres, con motivo del Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia

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La crisis de la COVID-19 ha demostrado una vez más el papel fundamental que las mujeres y las niñas desempeñan en la ciencia. Las investigadoras han logrado muchos avances cruciales en la lucha contra la pandemia, que van desde la comprensión del virus y el control de su propagación hasta la elaboración de pruebas de diagnóstico y vacunas.

Al mismo tiempo, cada vez queda más patente que la pandemia ha afectado más a las mujeres –en particular las mujeres científicas– que a los hombres, por ejemplo, debido al desequilibrio en la distribución de los cuidados y el trabajo doméstico no remunerados. Con demasiada frecuencia, las mujeres se encargan de la educación en el hogar, del cuidado de los ancianos y de otras tareas derivadas de la obligación de permanecer en el hogar, a expensas de su propio empleo.

Los estereotipos de género y las desigualdades basadas en el género siguen impidiendo a muchas niñas y mujeres emprender y permanecer en carreras científicas en todo el mundo. En la próxima edición del Informe de la UNESCO sobre la Ciencia se muestra que sólo el 33% de los investigadores son mujeres, a pesar de que las mujeres representan el 45% y el 55% de los estudiantes de grado y de máster, respectivamente, y el 44% de los matriculados en programas de doctorado.

Tenemos que redoblar nuestros esfuerzos para superar estas diferencias entre los géneros en la ciencia y luchar contra las normas y los estereotipos que crean y hacen perdurar la idea de que las trayectorias profesionales son limitadas para las niñas en esas disciplinas. Esta tarea reviste aún más urgencia si se tiene en cuenta la escasa representación de las mujeres en esferas fundamentales para el futuro del trabajo, como las energías renovables y los ámbitos digitales, ya que sólo el 3% de las estudiantes de enseñanza superior se decantan por las tecnologías de la información y la comunicación.

Necesitamos la ciencia, y la ciencia necesita a las mujeres. No se trata solo de asumir un compromiso con la igualdad de derechos, sino también de hacer que la ciencia sea más abierta, diversa y eficiente.

Para que las políticas y los programas en materia de igualdad de género sean realmente transformadores, deben eliminar los estereotipos de género mediante la educación, cambiar las normas sociales, promover modelos positivos de mujeres científicas y sensibilizar a las más altas instancias de adopción de decisiones. Tenemos que lograr no solo que las mujeres y las niñas participen en los ámbitos de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (CTIM), sino que además estén capacitadas para dirigir e innovar, y que cuenten con el apoyo de políticas laborales y culturas institucionales que garanticen su seguridad, tengan en cuenta sus necesidades como madres y las incentiven para avanzar y prosperar en esas carreras. Los resultados de una encuesta realizada hace poco tiempo en 17 países ponen de manifiesto que las jóvenes desean con urgencia que se refuerce la acción gubernamental, pues el 75% de las encuestadas de entre 18 y 24 años esperan que su gobierno aumente la financiación en favor de la igualdad de género.

La UNESCO y ONU-Mujeres, junto con todos nuestros asociados, tienen la voluntad de dar prioridad a la igualdad de género en todos los aspectos de nuestra labor, entre otras cosas, promoviendo la educación básica en CTIM y reconociendo y apoyando la labor de las científicas de todo el mundo a través de iniciativas como el programa L'ORÉAL-UNESCO “La Mujer y la Ciencia” y la Organización de Mujeres Científicas del Mundo en Desarrollo, y haciendo que las empresas del sector CTIM asuman firmes compromisos en materia de igualdad de género mediante los Principios para el Empoderamiento de las Mujeres. La UNESCO, en consonancia con sus dos prioridades globales, “África” e “Igualdad de género”, actúa con especial dinamismo en el continente africano, ayudando a las niñas con programas de tutoría en línea, por ejemplo, en Kenya, y proporcionando material de microciencia a laboratorios escolares en la República Democrática del Congo. Este año también estamos aprovechando la oportunidad excepcional que ofrece el Foro Generación Igualdad, organizado por ONU-Mujeres y copresidido por Francia y México, en colaboración con la sociedad civil y los jóvenes, y su coalición de acción sobre la tecnología y la innovación al servicio de la igualdad de género, a fin de impulsar acciones transformadoras con miras a una evolución digital que tenga en cuenta la diversidad de género.

Las mujeres científicas son una fuente de inspiración para las jóvenes de todo el mundo deseosas de estudiar disciplinas científicas. Hoy, al celebrar el Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia, es nuestro deber allanarles el camino para construir un futuro más justo y equitativo. Jennifer Doudna, galardonada con el Premio Nobel de Química 2020, declaró lo siguiente: “me encanta el proceso de descubrimiento”. Para todas las niñas que se plantean cursar una carrera científica, debería ser así de sencillo.