Las mujeres huyen y muestran su solidaridad a medida que la guerra devasta Ucrania

Publicado originalmente en el sitio web regional de ONU Mujeres para Europa y Asia Central

En toda Ucrania, la población se despertó el 24 de febrero con el sonido de la sirena y el estruendo de las explosiones provocadas por el inicio del ataque militar ruso. Desde aquella mañana, un millón de ucranianas y ucranianos –la inmensa mayoría mujeres, niñas y niños– ha huido a países vecinos. Otras 160.000 personas se encuentran en situación de desplazamiento interno en toda Ucrania, un país que en esa época invernal registra temperaturas gélidas. Se prevé un incremento significativo de estas cifras, puesto que la ofensiva continúa. Esta situación revertirá los importantes avances logrados en el ámbito de la igualdad de género y los derechos de las mujeres.

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Ucrania, el 1 de marzo de 2022. La población huye de Ucrania como consecuencia de la ofensiva militar. Fotografía: ONU Mujeres/Aurel Obreja
Ucrania, el 1 de marzo de 2022. La población huye de Ucrania como consecuencia de la ofensiva militar. Fotografía: ONU Mujeres/Aurel Obreja

“Insto a la comunidad internacional a que, en su apoyo, mantenga a las mujeres y a las niñas en el centro y se asegure de que la asistencia humanitaria planificada y proporcionada incluya la perspectiva de género”, manifestó Sima Bahous, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, en una declaración.

Ucrania es uno de los países más pobres de Europa, y las mujeres se encuentran entre los grupos más desfavorecidos. Las cifras de empleo y actividad económica entre las mujeres en edad de trabajar en Ucrania son muy inferiores a las de los hombres. Las mujeres constituyen el 72,2 % de las personas receptoras de asistencia social. Con una brecha salarial de género del 22 % y una brecha de las pensiones del 32 %, las mujeres son más vulnerables a la crisis humanitaria. Ellas son también las que soportan la mayor carga de trabajo doméstico y de cuidados no remunerado en los hogares, y suponen el 92,2 % de los progenitores solteros.

Además, la pandemia de COVID-19 ya había exacerbado la vulnerabilidad de las mujeres a la pérdida de ingresos y a la violencia doméstica, les impuso una elevada presión psicológica y las expuso a una mayor carga de trabajo no remunerado.

Incluso antes de la reciente escalada de violencia, existía un conflicto en el este de Ucrania desde 2014 que afectaba gravemente a las mujeres y las niñas. Había ya más de 1,5 millones de personas –de los que dos tercios eran mujeres, niñas y niños– desplazadas internas que sufrían la falta de acceso a la atención de la salud, la vivienda y el empleo. La ofensiva militar actual empeorará sin lugar a dudas esta situación.

Las pruebas disponibles demuestran de manera irrefutable que las mujeres y las niñas se ven desproporcionadamente afectadas por el conflicto. De acuerdo con las estimaciones de las Naciones Unidas, el 54 % de las personas que necesitan ayuda en la crisis actual son mujeres.

“ONU Mujeres se apoyará en su experiencia en Ucrania y en otros países vecinos para identificar y responder a las necesidades específicas de las mujeres y las niñas a medida que evolucionen. Continuaremos reorientando nuestra programación sobre el terreno y compartiremos nuestros conocimientos especializados en materia de género con el sistema de las Naciones Unidas y con nuestros socios humanitarios para ayudar a conseguir que los planes de respuesta humanitaria y su ejecución tengan más en cuenta las cuestiones de género”, señala en un artículo Alia El-Yassir, Directora Regional de ONU Mujeres para Europa y Asia Central.

La intensificación de los ataques militares está provocando la huida de una mayor cantidad de ciudadanas y ciudadanos de Ucrania y la separación de familias. Miles de personas, en su mayoría mujeres, niñas y niños, han escapado hacia el puesto fronterizo de Palanca-Maiaki-Udobnoe para cruzar a la República de Moldova y buscar refugio o atravesar el país para llegar a Rumania y, desde ahí, a otros países de la Unión Europea.

“Lo que está ocurriendo nos parece inconcebible; sencillamente, no podemos entenderlo”, afirma Margarita, una refugiada de 22 años procedente de Odesa, en el sur de Ucrania. Llegó a Moldova con su madre, dos hermanos pequeños y su gato. Su padre se quedó en Odesa para defender su hogar. Tenían la intención de viajar a Rumania y, de allí, a Chequia.

Demostrando una gran solidaridad, muchas mujeres voluntarias han acudido en tropel al puesto fronterizo para ayudar a las personas refugiadas procedentes de Ucrania. “Vine para ayudar como voluntaria, porque yo también soy madre y, dado que la mayoría de las personas refugiadas son mujeres, niñas y niños, no podía quedarme de brazos cruzados”, declara Ina, de 31 años y madre de tres hijas e hijos, en su primer día como voluntaria.

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Ina, 31 años, voluntaria y madre de tres hijas e hijos

“Vine para ayudar como voluntaria, porque yo también soy madre y, dado que la mayoría de las personas refugiadas son mujeres, niñas y niños, no podía quedarme de brazos cruzados”

Ina, 31 años, voluntaria y madre de tres hijas e hijos

“No podía quedarme en mi cómoda oficina y seguir trabajando. Para nosotras, estar aquí y ayudar es cuestión de humanidad”, añade Liuba, otra voluntaria que acudió a la frontera junto con sus colegas.

“La mayor parte de las personas que llegan son mujeres con niñas y niños; todas y todos están aterrorizadas y aterrorizados, son vulnerables y necesitan asistencia psicológica”, dice Veronica, psicóloga moldava de 31 años que trabaja con la policía fronteriza de su país y ha sido desplegada en la frontera para ofrecer asesoramiento psicológico a mujeres, niñas y niños.

En Moldova, ONU Mujeres está planificando intervenciones selectivas y desarrollando su respuesta humanitaria en favor de las personas refugiadas provenientes de Ucrania.

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Veronica, psicóloga moldava de 31 años

“La mayor parte de las personas que llegan son mujeres con niñas y niños; todas y todos están aterrorizadas y aterrorizados, son vulnerables y necesitan asistencia psicológica”

Veronica, psicóloga moldava de 31 años

ONU Mujeres tiene presencia en Ucrania desde 2015. Algunas de sus oficinas se encuentran en las zonas del este de Ucrania afectadas por el conflicto. La organización contribuye a la movilización social de las mujeres, fomenta su resiliencia y sus medios de vida y estimula sus capacidades y su confianza, incluso apoyándolas para crear grupos de autoayuda.

“Desde que comenzamos a trabajar en Ucrania, en 2015, la resiliencia de las mujeres y las niñas, su experiencia y su compromiso con la creación de una sociedad justa y democrática para todas las personas han crecido y respaldan nuestra labor. Seguiremos instando a que se respeten los derechos de las mujeres, a que sus voces sean efectivamente incluidas en la toma de decisiones y a que los recursos se asignen de manera justa a iniciativas con enfoque de género, tanto durante la crisis como después de ella”, dice Erika Kvapilova, Representante de ONU Mujeres en Ucrania.